jueves, 23 de octubre de 2014

Resuelto el enigma del dinosaurio con 'brazos' gigantes




Durante 50 años, dos gigantescas patas delanteras de casi dos metros y medio de longitud han sido las únicas piezas que los paleontólogos tenían de una gigantesca criatura denominada Deinocheirus mirificus precisamente por esta parte de su anatomía (la traducción de su nombre sería algo así como 'manos terribles y extraordinarias').

Pero el hallazgo en Mongolia de dos nuevos especímenes de esta especie, junto a la recuperación de dos fósiles que estaban en colecciones privadas, ha permitido a un equipo internacional de científicos añadir piezas al puzle de su esqueleto hasta conseguir casi completarlo.

Presentan el resultado esta semana en la revista Nature, en una investigación en la que describen sus características y ofrecen un vídeo con su recreación en tres dimensiones. En el título del paper ('Resolviendo los antiguos enigmas del gigante ornitomimosauriano Deinocheirus mirificus') los autores reflejan que estamos ante el que se ha considerado durante muchos años uno de los dinosaurios más misteriosos.

"Estos animales vivieron hace unos 70 millones de años", explica a EL MUNDO Thomas R. Holtz, investigador de la Universidad de Maryland (EEUU). Sin embargo, todavía no han estudiado la edad aproximada que tenían los dos nuevos ejemplares cuando murieron.
Esta especie vio la luz por primera vez en 1965, cuando una expedición en el desierto de Gobi de Mongolia (en concreto, en Altan Uul III) encontró dos patas delanteras de 2,4 metros de longitud. En 2006 se encontraron restos de un nuevo ejemplar (en Altan Uul IV) y en 2009 salió a la luz otro individuo (en Bugiin Tsav). Entre los fósiles que se desenterraron del espécimen de 2009 destacaba una pata delantera izquierda que es un 6% más grande que la que se encontró en 1965.

Por otro lado, recuperaron un cráneo y una mano de la misma especie de dinosaurio que habían sido robadas y vendidas a coleccionistas privados.
Tras someterlo a análisis, han concluido que Deinocheirus es el miembro más grande de un grupo de dinosaurios denominados ornitomimosaurianos que, según los científicos, guardan cierto parecido con los avestruces modernos.
No obstante, han visto en él características que no habían sido identificadas en otros ornitomimosaurianos, como un hocico alargado y chepa o cresta.

Uno de los dinosaurios reconstruidos debía medir 11 metros de longitud y tenía un peso que estiman en 6.358 kilogramos. Sus anchas caderas y grandes pies indican que se movía despacio.

Por lo que respecta a su alimentación, han encontrado en su estómago restos de pescado pero al tener características asociadas con el consumo de plantas creen que se trataba de un animal omnívoro.

Además del hallazgo de restos de pescado, que muestran que debía vivir en un entorno acuático, su cuerpo parece estar bien adaptado a un hábitat en el que hubiera ríos. Los autores sugieren que su pico, parecido al de un pato, podría haberle sido útil para encontrar comida en el fondo de los arroyos, mientras que los huesos de sus garras le ayudarían a no hundirse en suelos húmedos.

El investigador Thomas Holtz se muestra confiado en que puedan hallar más ejemplares de Deinocheirus: "Nos gustaría, por ejemplo, averiguar si la cresta era común a todos los individuos de esta especie o sólo a los de un sexo. También nos gustaría ver cómo eran los individuos juveniles y los recién nacidos", afirma.


El genoma más antiguo de nuestra especie aclara el cruce con los neandertales

Los restos de un 'Homo sapiens' que vivió en Siberia hace 45.000 años permiten concretar que ambos homínidos tuvieron hijos hace unos 55.000 años
 
Svante Pääbo, a la izquierda, sostiene el fémur hallado en Siberia / Nature
La historia de nuestra especie es como un queso suizo. Desde la aparición del Homo sapiens en África hace unos 250.000 años, nuestras peripecias por el mundo son un compendio de partes alimenticias y agujeros llenos de nada. Gracias a los restos humanos que se han encontrado hasta la fecha, hay épocas en las que conocemos cómo vivían nuestros ancestros, con qué animales lidiaban e incluso con qué otras especies tuvieron hijos. Luego hay agujeros que abarcan decenas de miles de años de los que desconocemos casi todo. Es como si cerrásemos los ojos un día cualquiera de los felices años veinte y al abrirlos estuviésemos en el Berlín arrasado de 1945.

Hoy un viejo hueso encontrado en Siberia llena uno de los agujeros de ese queso. Se trata del fémur renegrido de un hombre de edad desconocida que vivió hace 45.000 años, los restos más antiguos de nuestra especie que se han encontrado y datado de forma directa en Europa y Asia, según sus descubridores. Un equipo de investigadores en Alemania, Rusia, España, Francia, EEUU, Canadá y Reino Unido ha logrado secuenciar el genoma completo de aquel individuo y aclarar episodios importantes en nuestra historia, como la fecha aproximada del cruce con los neandertales, el origen de la división que dio lugar a los asiáticos y los europeos o incluso el menú de nuestros ancestros poco después de que llegasen a Europa desde África.

La dieta que consumimos deja una marca en los huesos. Se trata de una determinada proporción de isótopos de carbono y nitrógeno que indican qué comía una persona de cinco a 10 años antes de su muerte. El médico e historiador español Domingo Salazar-García ha sido el responsable de analizar los isótopos del fémur hallado en Rusia. “Lo que encontramos es que, además de carne de animales terrestres, también consumían proteínas provenientes de cursos de agua dulce, peces o cangrejos de río, por ejemplo, y esto es algo que no se ha encontrado nunca en restos neandertales”, explica el experto. Los datos apuntan a que los humanos modernos supieron adaptarse bien a su nuevo entorno en Eurasia y tener una dieta variada. “Esto en parte puede explicar por qué acabaron teniendo éxito y sobrevivieron, al contrario que los neandertales”, señala Salazar-García, que trabaja a caballo entre el Instituto Max Planck de Antropología Evolutiva, la Universidad de Valencia y la Universidad de Ciudad del Cabo, en Suráfrica.

El fémur fue hallado al Oeste de Siberia, a las orillas del río Irtish, un gran curso fluvial que nace en China y llega a Rusia tras cruzar Kazajistán. El genoma de aquel hombre, el más antiguo que se ha obtenido de nuestra especie, permite comparar mucho mejor a los humanos que vivían en Europa en aquellos tiempos: sapiens, neandertales y un tercer grupo conocido como denisovanos y cuyos restos también se encontraron en Siberia. Esto ha permitido afinar la fecha en la que los Homo sapiens y los neandertales se cruzaron teniendo descendencia fértil. Fruto de aquel cruce, todos los humanos procedentes de fuera de África tienen en torno a un 2% de ADN neandertal. Según el nuevo estudio, publicado hoy en Nature, el cruce entre ambas especies sucedió hace unos 55.000 años (5.000 años arriba o abajo). En otras palabras, las dos especies se habían cruzado unos 10.000 años antes de que naciera el hombre cuyos restos se encontraron a orillas del Irtish. Hasta ahora la horquilla temporal era mucho mayor, de entre 86.000 y 37.000 años, según ha explicado Chris Stringer, experto en evolución humana del Museo de Historia Natural de Londres.

El estudio ha sido dirigido por Svante Pääbo, investigador del Instituto de Antropología Evolutiva Max Planck y también responsable de la secuenciación de los primeros genomas de neandertales y denisovanos. En su estudio han comparado el nuevo genoma con el de 50 poblaciones humanas actuales. El individuo de Siberia parece más emparentado con los actuales europeos y asiáticos que con los africanos, lo que indica que perteneció al grupo humano que abandonó África y llegó hasta Europa. Las comparaciones genéticas con humanos actuales también apuntan a que aquel hombre vivió aproximadamente en el tiempo en el que se separaron dos grandes ramas del árbol humano. Una se dirigió hacia Asia y la otra hacia Europa.


“Puede decirse que era el ancestro de todos los europeos y asiáticos”,explica el paleoantropólogo Carles Lalueza-Fox, que trabaja en la Universidad Pompeu Fabra y el CSIC. Lalueza-Fox no ha participado en el estudio, pero fue uno de los revisores del estudio. “Es un trabajo importante porque nos acercamos mucho al momento de la hibridación, de hecho aquel individuo estaba mucho más cerca de ese cruce que de nosotros", destaca. El investigador también encuentra plausible la hipótesis sobre la dieta de los primeros humanos modernos de Europa. “Una de las cosas que siempre se encuentran en yacimientos de humanos modernos son arpones de hueso en zonas donde no había mar, lo que nos indica que pescaban; es algo que nunca se ha hallado en asentamientos neandertales”, apunta.
 

jueves, 16 de octubre de 2014

Fechas de exposiciones del trabajo de investigación

Tema
Fecha de exposición
SIDA
27/10/14
ÉBOLA
27/10/14
GRIPE COMÚN
30/10/14
GRIPE A
30/10/14
CÓLERA
03/11/14
MALARIA
03/11/14
MENINGITIS
06/11/14
LEGIONELITIS
06/11/14

lunes, 13 de octubre de 2014

Trabajo de Investigación. 1ª Evaluación.

Los alumnos de Ciencias para el Mundo Contemporáneo de 1BACA tendrán que realizar, como trabajo de investigación correspondiente a la primera evaluación, un estudio sobre alguna de las principales amenazas contra la salud que sufre el ser humano en forma de epidemias o pandemias. Los temas (se sorteará en clase qué tema corresponde a cada grupo) son los siguientes:
  • El SIDA
  • El ébola
  • La gripe común
  • La gripe A
  • El cólera
  • La malaria
  • La meningitis
  • La tuberculosis
  • La legionelosis

El trabajo deberá realizarse en grupos de entre cuatro y cinco alumnos y tendrá que presentarse en formato Power Point o similar, con una extensión de entre 15 y 20 diapositivas (excluyendo la portada).

En la colección de diapositivas, deberán aparecer, como mínimo, los siguientes apartados:
• Portada
• Índice de contenidos
• Introducción
• Origen, contagio, características y evolución de enfermedades estudiadas
• Tratamientos preventivos y terapéuticos
• Conclusiones
• Bibliografía

Los trabajos serán expuestos en clase por sus autores, con un tiempo máximo de 20 minutos. La fecha límite de entrega es el 27 de octubre de 2014. Los trabajos en soporte informático deberán ir acompañados de una pequeña memoria impresa (no más de un par de folios) en la que ha de recogerse cuál ha sido el proceso llevado a cabo por el grupo y cómo se ha dividido el trabajo entre los miembros del mismo. Esta memoria tendrán que firmarla todos los componentes del grupo.

Los criterios de evaluación serán:
– Capacidad de síntesis, de análisis y valoración crítica del trabajo y de la aportación personal.
– Estructuración del trabajo.
– Adecuación y variedad de fuentes y recursos, así como la adecuación del uso de las tecnologías de la información y de la comunicación en el desarrollo del trabajo, en la realización escrita y en la presentación oral.
– Riqueza y variedad de procedimientos utilizados en la búsqueda de información, en su tipología, así como la adecuación a los fines propuestos.
– Corrección de la expresión oral y escrita, incluyendo la utilización adecuada y variada de recursos gráficos o audiovisuales y la presentación de los materiales.

¿Cómo empieza todo?



¿Cómo empezó todo?: el universo, la vida, el hombre, cada uno de nosotros…es la gran pregunta que mueve la ciencia y las principales inquietudes del ser humano
En el caso del origen del universo la teoría del big bang, la de que todo se originó a partir de una gran explosión, es la más consensuada por la familia científica. Sin embargo, todavía sigue siendo un misterio para la ciencia qué es lo que había antes de esa gran explosión para que se pudiera crear el universo.
El origen de la vida hace 3.800 millones de años fue producto de un proceso de reacciones químicas que dio complejidad a unas moléculas creando al primera forma de vida primigenia, a la que llamamos LUCA. Y en ese proceso la existencia de agua fue fundamental. Pero la gran pregunta es: ¿Hubo un único origen de la vida o hubo varios intentos hasta que triunfó lo que conocemos hoy por forma de vida?

Si la vida fue la consecuencia de un proceso químico complejo, el origen del hombre también fue producto de un proceso, pero en este caso evolutivo. El hombre no apareció de golpe sino que fue fruto de un conjunto de adquisiciones.
Una evolución, la humana, que no se ha detenido y que también nos permite preguntarnos en qué momento empieza realmente la vida de un ser humano, desde la fecundación al nacimiento.
De dónde viene todo y de dónde venimos nosotros siguen siendo las grandes dudas en las que los científicos sustentan sus investigaciones para seguir avanzando. Juan García-Bellido trabaja desde la física teórica para dar con las claves del posible origen y también del posible final del universo. Carlos Briones investiga qué pudo suceder para que la vida brotara en un primer momento. Eudald Carbonell estudia la evolución de nuestros primeros ancestros humanos para intentar dar respuestas a nuestro propio origen como especie. Anna Veiga ayuda a crear nuevas vida humanas. Y fuera de lo estrictamente científico, Salvador Pániker ofrece su visión filosófica del origen de todo.