viernes, 28 de enero de 2011

Expertos en salud pública denuncian el "despilfarro" en fármacos y tratamientos

Critican la excesiva "medicalización" frente a la eficacia de la prevención

M. R. SAHUQUILLO - El País - Madrid - 20/01/2011
La salud no solo mejora con medicinas. De hecho, la excesiva medicalización de los ciudadanos, además de un despilfarro, entraña problemas añadidos. Por eso, la única opción para lograr más calidad de vida es invertir en políticas no sanitarias, en acciones de salud pública. Desde el incremento de impuestos sobre el tabaco para que los jóvenes que inician su consumo no se conviertan en adictos, a una rebaja en el precio de los alimentos más saludables para impulsar su consumo. Es la conclusión principal del informe bienal de la Sociedad Española de Salud Pública y Administración Sanitaria, elaborado por 56 médicos.

Salud y crisis
Las condiciones de vida, del trabajo y el entorno juegan un papel determinante en la salud de la población. La crisis, por ejemplo, dicen los expertos, está empeorándola. Trabajos más duros y en condiciones más precarias provocan enfermedades y, por tanto, aumentan el gasto sanitario. "Se incrementan, por ejemplo las depresiones y los trastornos de ansiedad", aclara Andreu Segura, presidente de Sespas. La vulnerabilidad de los trabajadores puede acarrear también un incremento de los accidentes laborales. Pero no solo eso, la recesión económica, la incertidumbre sobre el trabajo y la precariedad laboral provoca que aumente lo que denominan presentismo: cuando se va a trabajar a pesar de estar enfermo. Algo que no solo agrava la situación del propio enfermo, sino que es dañino también para la gente de su entorno que, si es el caso, se pueden contagiar.

Demasiado gasto
Sespas defiende que aportar más financiación a una muy ahogada sanidad pública no es la solución. "Lo que hay que hacer es gastar mejor el dinero que hay, racionalizarlo", opina Juan Oliva, editor del informe. Los servicios sanitarios viven inmersos en la "cultura del despilfarro", critican. Se da prioridad a la construcción de nuevos hospitales y se abusa del uso de pruebas médicas y nuevas tecnologías -que además no son inocuas- obviando los auténticos determinantes de la salud: las condiciones de vida. Segura pone un ejemplo: "El 17% del coste en farmacia se dedica a medicamentos contra la hipertensión y el colesterol, es decir, casi un 5% del gasto corriente en Sanidad a pesar de que solo el 40% de la población cumple el tratamiento". Son enfermedades, además, en muchos casos prevenibles con buenas políticas de salud pública a la que España, sin embargo, dedica solo el 1,3% de su gasto en sanidad. "Hay que pensar en la salud en todas las políticas", zanjan los expertos; algo que se podría lograr con la nueva ley de salud pública -que se prevé que vaya a Consejo de Ministros el 29 de enero-, que plantea la obligatoriedad de realizar un estudio de impacto en salud de todas las políticas.

Cambio climático
El calentamiento global tiene efecto sobre la salud. La Sespas alerta de que las olas de calor y de frío incrementan la frecuencia de las enfermedades respiratorias debido a los cambios en la calidad de aire y la distribución del polen. También las enfermedades de origen alimentario y las transmitidas por el agua y otras infecciones aumentarán si no se evita.

lunes, 17 de enero de 2011

Doctor, ¿y la gripe?



Hace algo más de un año (temporada 2009-2010), la gripe fue la noticia por excelencia. La aparición de una nueva cepa A(H1N1), la declaración de pandemia y un buen grado de controversia relacionada con la enfermedad, la gestión de la situación y especialmente con la vacunación de la gripe fueron las características fundamentales de la misma.

Pasados 12 meses, la gripe ha reaparecido de nuevo en su calendario más habitual. La última semana de 2010 y la primera de 2011 registraron un aumento del número de casos y especialmente del número de pacientes hospitalizados. Los datos epidemiológicos indican que en España (y en Europa) la cepa gripal circulante predominante es la cepa pandémica A(H1N1), con algunos casos debidos a virus A(H3N2) o virus B. Curiosamente, en Canadá y Estados Unidos, a diferencia de la UE, la mayoría de los casos de gripe hasta ahora se deben a la cepa A(H3N2).

Las tres cepas estan incluidas en la composición de la vacuna antigripal ofrecida este otoño pasado, como cada año, a los ciudadanos incluidos en los grupos de mayor riesgo de sufrir complicaciones (aproximadamente un 20% de la población). Los porcentajes de vacunación entre este grupo se han situado, hasta ahora (datos de Cataluña), en un 70-75% (se han vacunado tres de cada cuatro personas a las que se recomienda hacerlo). Son cifras buenas, aunque mejorables, y similares a años anteriores.

La actividad gripal es ahora moderada-alta en más de 10 países de la UE y también en Canadá y Estados Unidos. En España se ha superado en casi todas las comunidades autónomas el umbral estadístico que define la situación como “epidémica”, un hecho habitual cada temporada. Los niños hasta los 14 años de edad siguen suponiendo el mayor porcentaje de casos, seguidos del grupo de edad de 15 a 65 años. Los pacientes de más de 65 años siguen siendo relativamente escasos, una característica ya observada el año 2009. Tras una “tregua” relativa navideña (que probablemente tiene que ver, entre otros factores, con las vacaciones escolares), es probable que en las próximas semanas se mantenga o aumente la actividad gripal.

Hasta ahora, y en gran medida por la profesionalidad de todos los que trabajamos en la sanidad y por la experiencia y medidas aprendidas durante la pandemia, el sistema sanitario está soportando bien el aumento de la presión asistencial. Los sistemas de atención primaria de salud están trabajando duro y las urgencias de muchos hospitales también. Algunos pacientes ingresados por la gripe lo han sido por presentar complicaciones, básicamente pulmonares, y algunos de ellos han requerido (y requieren) cuidados intensivos. Muchas UCIs de nuestros hospitales se han visto sometidas a esta presión adicional, hecho que sucede año tras año y que siempre es dificil de gestionar, debido a la escasa capacidad para disponer de recursos libres o adicionales. Siempre estamos saturados (o casi siempre). En el Reino Unido se calcula que un 20% de las camas de UCI están ocupadas por pacientes con gripe y complicaciones de la misma. En España no disponemos todavía de estos datos, aunque una mirada a mi hospital indica que esta es una cifra bastante próxima también a nuestra realidad. Un 70%-80% de pacientes graves tiene enfermedades de base o factores de riesgo, patrón similar de nuevo al de la pandemia.

La mayoría de estos pacientes ingresados por la gripe (80%-90%) no se había vacunado este otoño. La vacuna pandémica ofrecida el año 2009, que de forma excepcional sólo incluía la cepa A(H1N1), se administró a más de 400 millones de personas en todo el mundo. Un año después, su perfil de seguridad y eficacia ha sido comprobado exhaustivamente (probablemente ha sido la vacuna más vigilada y estudiada de la historia de la gripe) y puede resumirse de forma contundente: es una vacuna tan segura y eficaz como la estacional, ni más ni menos. Las disculpas o rectificaciones de aquellos que, sin base científica, cuestionaron públicamente este perfil de seguridad y eficacia, brillan por su ausencia (quizás quedarían demasiado en entredicho). Afortunadamente, la población española ha cerrado tranquila y discretamente este polémico “paréntesis vacunal” y ha regresado a sus patrones de vacunación antigripal habitual.

Si tenemos suerte, esta será quizás una temporada de gripe sin una extensión ni gravedad especiales. La población de riesgo está mayoritariamente inmunizada, aunque la eficacia de las vacunas actuales no es óptima en pacientes con grave inmunosupresión, y una parte de la población (desconocida con precisión, pero quizás alrededor del 15%-20%), especialmente los niños, pueden tener inmunidad todavía al haber sido infectados el año pasado. Los hospitales y los profesionales estamos mejor preparados y, no menos importante, se ha desprovisto a esta gripe de gran parte de sus aspectos más mediáticos. Hay gripe, pero no hay casi noticias: Virgencita, que me quede como estoy!
 
Antoni Trilla, jefe del Servicio de Medicina Preventiva y Epidemiología del Hospital Clínic de Barcelona

Fuente: El Mundo

sábado, 8 de enero de 2011

Los médicos perciben una disminución en la mortalidad del SIDA