jueves, 27 de mayo de 2010

Las organizaciones ecologistas dan su 'visto bueno' a la energía eólica marina

Teresa Guerrero - El Mundo - Madrid - 27/05/2010

Cuenta con el 'visto bueno' de las organizaciones ecologistas y se perfila como una de las energías más rentables de cara al futuro. Sin embargo, España aún no cuenta con ningún parque eólico marino a pesar de que es el tercer país que más energía eólica terrestre produce en el mundo, tras EEUU y Alemania.

La energía eólica marina (offshore) lleva algunos años implantándose con éxito en varios países europeos -con Reino Unido y Dinamarca a la cabeza- aunque su tecnología todavía está en desarrollo.

En España aún habrá que esperar varios años (las previsiones más optimistas hablan de, al menos, tres o cuatro años) para que se construyan los primeros parques y se aproveche así parte de los 5.000 kilómetros de costa de nuestro país.

Una tecnología en desarrollo
Y es que el coste de construir estas plataformas es mayor que el de las instalaciones terrestres, a lo que se suma la dificultad de instalar las plataformas en algunas zonas. La tecnología actual no permite ubicar un parque marino a mucha profundidad (la media es de unos 12 metros aunque puede llegar a 22 metros), lo que limita los lugares de la costa española en los que podrían construirse: gran parte del litoral español es abrupto y alcanza gran profundidad a pocos metros de la costa.

El año pasado, los ministerios de Industria y de Medio Ambiente aprobaron el Estudio Estratégico Ambiental del litoral español con el objetivo de acotar y definir las zonas aptas para instalar molinos en el mar. El 'Mapa Eólico Marino' establece las 'zonas aptas', las 'zonas de exclusión' (en las que no se podrá construir) y las 'zonas aptas con condicionantes' para garantizar que el despliegue de esta tecnología se hará preservando el medio ambiente. A la hora de delimitar los espacios de costa autorizados, se han evitado las zonas más sensibles por migración de aves y de cetáceos.

Hasta ahora, una treintena de empresas se han mostrado interesadas en desarrollar proyectos en España, según el Ministerio de Industria. Sin embargo, el proceso administrativo es muy largo y puede tardar varios años hasta que comience su construcción.

'Descarbonizar el planeta'
Para lograr reducir las emisiones de C02, los ecologistas apuestan por el uso de energías renovables y abogan por aprovechar las posibilidades que ofrece el mar.
Carmen Calzadilla, científica marina de la organización Oceana, se muestra partidaria de la instalación de parques marinos: "Creemos que son necesarios para combatir los efectos que el cambio climático está provocando, para 'descarbonizar' el planeta. Apoyamos las energías renovables marinas y dentro de ellas, la eólica, porque es que la más se ha desarrollado y la más competitiva".

Respecto al impacto medioambiental, Calzadilla afirma que "la experiencia en los países del norte de Europa muestra que, en comparación con los efectos de las emisiones de CO2, el de los parques eólicos marinos "es bastante pequeño" aunque "aún hay que seguir investigando". "El beneficio compensaría en cierto modo este impacto, siempre que evitemos instalarlos en zonas protegidas. Y para eso están los estudios de impacto ambiental", explica.

Greenpeace también apuesta por esta fuente de energía. El informe 'Energía Eólica Marina en Europa', encargado por la organización ecologista a la consultora Garrad Hassan, sostiene que la energía producida en el mar podría convertirse "en el pilar del sistema europeo de suministro eléctrico".

Respecto a los daños producidos a los ecosistemas por estas instalaciones, el informe afirmaba que "son inapreciables si los comparamos con una planta eléctrica convencional".

Acidificación de los océanos
Cuatro de cada diez europeos viven junto al mar y casi el 90% del comercio exterior que se produce en la UE se realiza por esa vía. El Día Marítimo Europeo, celebrado la pasada semana en Gijón, ha servido para recordar la dependencia que tenemos del mar y las amenazas que se ciernen sobre los océanos.

Una de las más graves es la acidificación de los océanos, que está poniendo en peligro a los ecosistemas marinos. Las crecientes emisiones de gases de efecto invernadero en la atmósfera, sobre todo de dióxido de carbono, son las principales responsables de este fenómeno.

Los océanos tienen un papel clave a la hora de reducir la concentración de C02 en la atmósfera porque actúan como sumideros. De esta forma, consiguen amortiguar el impacto de estas emisiones y contribuir a frenar los efectos del cambio climático. Sin embargo, si se sigue emitiendo C02 a la atmósfera al ritmo actual, la composición química del océano resultará afectada, con graves consecuencias para las especies marinas.

lunes, 24 de mayo de 2010

Contra viento y marea



A pesar de que España se sitúa la cabeza en la producción de energía eólica no existe ninguna instalación 'off shore', es decir, fuera de la costa en nuestro país y las estimaciones más optimistas consideran que los primeros megavatios marinos no se producirán hasta dentro seis o siete años. La razón de este retraso es la falta de regulación que ahora ya se ha solucionado con la aprobación del Estudio Estratégico del Litoral Español que ha propiciado que se hayan presentado una treintena de proyectos.

Uno de los más conocidos es 'Las cruces del mar', una instalación que se vislumbra a unos 10 kilómetros de las costas de Chipiona y Rota. A pesar del intento de la empresa de conseguir el consenso social con una fuerte campaña de marketing y una política de transparencia, se ha constituido una plataforma vecinal contraria al proyecto.

Ni las grandes cifras del proyecto: 2.500 millones de euros de inversión, 1.000 megawatios capaces de dar electricidad a 250.000 hogares, 1.500 puestos de trabajo; ni el elenco de famosos y artistas que aparecen en el vídeo, ni la mediación del juez Garzón, que participó en las Primeras Jornadas sobre Energía Eólica organizadas en Chipiona, ha conseguido que lleguen al consenso.

La 'Plataforma por un horizonte sin molinos' teme el impacto que puede tener sobre las playas, la pesca y las aves en una zona que está muy próxima al parque de Doñana y sobre todo, en el turismo, principal fuente de ingresos de la localidad. Mientras que los promotores aseguran que apenas acarreará impactos medioambientales y que impulsará la economía, el turismo e incluso mejorará la pesca. Y para avalarlo cuentan con estudios realizados por la Universidad de Cádiz. Aunque desde la plataforma se muestran desconfiados porque la Universidad forma parte de la empresa y, obviamente, se lleva parte de los beneficios.

Y mientras los grupos locales, incluidos los ecologistas, están en contra del proyecto, las grandes organizaciones ecologistas estatales como Greenpeace, Oceana o Ecologistas en Acción a favor. Para ellos, la lucha contra el cambio climático apremia.

miércoles, 19 de mayo de 2010

BP sabía que la plataforma tenía problemas antes de la explosión



BP ha difundido las imágenes submarinas de una de las tuberías del oleoducto que sigue vertiendo al mar más de 800.000 litros de crudo al día. Una fuga que trataron de taponar sin éxito la semana pasada con una estructura de acero y cemento. El congreso estadounidense continúa investigando este desastre ecológico. Ayer, uno de sus miembros reveló que la compañía sabía que la plataforma sufría varios problemas técnicos antes de su explosión.

jueves, 13 de mayo de 2010

La capa de ozono en la Antártida se recuperará hacia 2080

El 'agujero' en el continente blanco, debido a los CFC, se detectó hace 25 años

ALICIA RIVERA - Madrid - El País - 12/05/2010
A los científicos y a los ecologistas les gusta especialmente la historia del llamado agujero de la capa de ozono: en menos de 20 años se predijo el problema (y después mereció el Nobel), se midió sobre la Antártida y se alcanzó un acuerdo internacional (Protocolo de Montreal, 1987) para prohibir el uso de los compuestos químicos que destruyen el ozono.

A los científicos y a los ecologistas les gusta especialmente la historia del llamado agujero de la capa de ozono: en menos de 20 años se predijo el problema (y después mereció el Nobel), se midió sobre la Antártida y se alcanzó un acuerdo internacional (Protocolo de Montreal, 1987) para prohibir el uso de los compuestos químicos que destruyen el ozono. Este mes se cumplen precisamente 25 años del primer anuncio, en mayo de 1985, del adelgazamiento acusado -agujero- de la capa de ozono sobre el continente blanco. Los científicos han celebrado una jornada conmemorativa en la Universidad de Cambridge (Reino Unido) y han explicado que el grosor de la capa de ozono sobre la Antártida recuperará, en 2080, los niveles de 1950. El paralelismo con el cambio climático no ha podido faltar, pero en este caso teñido de pesimismo, no por falta de conocimiento científico, sino por falta de un acuerdo político eficaz que ataje el problema.

Joseph Farman, Brian Gardiner y Jonathan Shanklin, del British Antarctic Survey (BAS) , informaron, en mayo de 1985, en la revista Nature, acerca del descubrimiento del adelgazamiento de la capa de ozono sobre el continente blanco, en la primavera austral. La revista científica lo recuerda con un artículo de Shanklin en el que cuenta cómo se produjo aquel hallazgo en la estación antártica Halley, al constatar que los valores más bajos de ozono a mediados de octubre (primavera allí) habían caído un 40% entre 1975 y 1984.

"Había ya entonces preocupación acerca de que los CFC [clorofluorocarbonos] podían destruir la capa de ozono, que está a una altura entre 10 y 35 kilómetros sobre la superficie terrestre y que protege a la humanidad de más del 90% de la dañina radiación solar ultravioleta", recuerda Shanklin. Los satélites permitieron constatar que el agujero de la capa de ozono se extendía sobre todo el continente.

Fueron otros científicos, antes que estos tres expertos del BAS, quienes hicieron sonar la alarma con sus estudios acerca de la química atmosférica y la destrucción del ozono por las reacciones de compuestos como los CFC utilizados en los aerosoles y refrigerantes. Por aquellos trabajos de los años setenta recibieron el Nobel de Química, en 1995, Paul J. Crutzen, Mario J. Molina y F. Sherwood Rowland.

La capa de ozono es una pantalla natural que filtra la radiación ultravioleta de la luz solar nociva para los seres vivos, capaz de provocar en las personas quemaduras de piel, cáncer y cataratas. Una molécula de ozono está formada por tres átomos de oxígeno y en la estratosfera se concentra en una banda a una altura de unos 20 kilómetros. Hay una molécula de ozono por cada 100.000 moléculas de aire, explica el BAS. Se genera ozono cuando la radiación ultravioleta rompe moléculas de oxígeno, y se destruye por reacciones químicas del cloro y del bromo, emitidos a la atmósfera en los CFC y los halones.

En los ochenta se emitían 500.000 toneladas de CFC al año, alcanzándose un valor acumulado de 30 millones de toneladas en la atmósfera, una sexta parte de las cuales llegaban a la estratosfera, informa la Unidad de Coordinación de Investigación del Ozono de la UE.

Aunque la destrucción del ozono no se limita a la Antártida, el agujero antártico se debe a la meteorología allí y al frío extremo durante el invierno, que reactiva la producción de cloro y bromo a partir de los gases contaminantes; cuando llega la luz de primavera se acelera la pérdida de moléculas de ozono. "Hoy comprendemos bien la física y la química que gobiernan la capa de ozono", dice Shanklin. "Los niveles mínimos de ozono han sido constantes en los últimos 15 años, en un 70% por debajo de los niveles de finales de los setenta".

En cuanto a los destructivos CFC -prohibidos desde 2000 por el Protocolo de Montreal y sustituidos por los compuestos alternativos en sus usos industriales- su nivel alcanzó el máximo en 2001 y luego empezó a decrecer. Pero su efecto es duradero y el agujero antártico sigue apareciendo cada primavera; en 2006 se registró su mayor extensión: 28 millones de kilómetros cuadrados.